Durante el reinado de Sejong, Corea tuvo grandes avances en el arte, en la tecnología, la medicina y la agricultura. (Cook, 2009). Su mayor aportación fue el hangul, alfabeto coreano conformado por 24 letras, vocales y consonantes (Cruz-Zerón, 2012). La dinastía Chosun fue la última de Corea que prevaleció por más de 500 años y vivió una nueva era, donde este reino ermitaño se vio expuesto a innovadoras tecnologías y nuevas doctrinas religiosas como el catolicismo. Junto con todo este auge vinieron también invasiones; por ejemplo, la japonesa que realizó sus intentos de conquistar Chosun entre el año de 1592 y 1598 (Cruz-Zerón, 2012).
A pesar de que Corea cerró su contacto con otras naciones y estableció controles de tráfico dentro del reino, sufrió otras dos invasiones por parte de la dinastía Qing. La primera invasión fue en 1627 y la segundo en 1637, donde fue vencido el reino de Chosun y quedó como estado tributario de China. Pasaron 200 años de paz bajo el dominio chino hasta 1894, cuando las tensiones entre China y Japón desencadenaron una nueva guerra que terminó un año después con la derrota del imperio chino, debido a que Japón contaba con nueva tecnología militar de occidente. Esta victoria japonesa sin bien garantizó la independencia de Corea de China, no la garantizó de Japón (Cruz-Zerón, 2012).
En 1897 se estableció el Imperio Coreano con la finalidad de obtener la independencia de Japón y recuperar la integridad nacional; para lograr esto, Corea buscó el apoyo del imperio de Rusia. Con esta nueva forma de gobierno se da la desaparición del Reino de Chosun. El Zar de Rusia apoyó a Corea en la guerra contra Japón, pero los japoneses lograron rechazar al ejército enemigo, lo que dio fin a la guerra ruso-japonesa en 1905 con el Tratado de Portsmounth, quedando Corea como un protectorado del Imperio de Japón y a partir de 1910 anexado totalmente al imperio nipón (Cruz-Zerón, 2012).
Los japoneses tuvieron el control del país durante 36 años. En ese tiempo no se les permitió a los coreanos la práctica del Taekkyon, el cual tuvo que ser practicado en secreto en los templos budistas (Park, 1993). Grandes maestros fueron asignados a trabajos en China o Japón, o enviados a servir en la milicia japonesa, dentro de los cuales encontramos personalidades como el general Choi Hong Hi, Won Kuk Lee y Hwang Kee, los cuales enriquecieron el arte marcial coreano con sus aprendizajes en otras artes marciales fuera de su país. Fue hasta 1945 cuando Japón es derrotado en la segunda guerra mundial tras el lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki por parte del ejército estadounidense. Esta victoria de los aliados no resultó tan positiva para la milenaria península de Corea, pues dejó al país divido en dos; propuesta realizada por el coronel Dean Rusk para determinar las áreas de influencia entre el gobierno socialista de Rusia y la estructura capitalista de Estados Unidos y aliados. (Cruz-Zerón, 2012).
Así como el país sufrió grandes cambios, lo mismo sucedió con su arte marcial; durante este período surge una nueva técnica conocida como Tang Soo Do difundido por Lee Won Kuk y por el maestro Hwang Kee, quienes aportaron a las técnicas nativas de Corea (taekkyon y subak) nuevos movimientos de defensa y ataque del Kung Fu provenientes de China y del Karate originario de Japón (Cruz-Zerón, 2012).
En 1955 se abrieron muchas escuelas de Tang Soo Do, teniendo como las más importantes la Moo Duk Kwan (Instituto de Virtud Marcial), Chung Do Kwan (Instituto de las Olas Azules) y la Chang Moo Kwan (Instituto de Entrenamiento del Espíritu Marcial); con la aprobación del presidente de Corea se convocó a los fundadores de las escuelas más importantes del país para unificar éstas y dar un nuevo nombre al arte marcial, tal vez con la finalidad de recuperar la tan herida identidad nacional. Dentro de las condiciones para formar un nuevo nombre, se acordó que no deberían hacer referencia al arte marcial chino, Tang Soo que significa “Manos Chinas”, ni con la de su homólogo japonés Karate que significa “Manos Vacías” (Cruz-Zerón, 2012).
El año que señala el comienzo del Tae Kwon Do como arte formalmente reconocido en Corea fue 1955, ya que el 11 de abril de ese año, un comité decidió que debía llevar el nombre de TAE KWON DO, por propuesta del general Choi Hong Hi, debido a que la palabra Tae Kwon Do describe perfectamente el arte: “la forma, estilo o manera de defensa con pies y manos” (Vatrano, 2006).